Medina Azahara / Medinat Al-Zahra, la "Ciudad Brillante" que construyó Abd-al Rahman III próxima a la floreciente ciudad de Córdoba en el año 936 d.C.
Sus orígenes los enmarcan en una bella
leyenda romántica en la que Abderramán, se enamoró de una bella joven de
Granada, Azahara. Tal era su amor por ella que se convirtió en su favorita y
quiso demostrarle su amor construyendo una ciudad en su honor. Para ello,
consiguió los mejores arquitectos y los materiales más preciados. Hizo una
ciudad ostentosa, con jardines y albercas, con árboles que daban frutas
exóticas. Pero nada de esto parecía contentar a la bella Azahara que desde
vivía en allí solo la veían llorar. Abderramán, frustrado por ver que todo su
empeño no valía de nada, le preguntó a Azahara cuáles eran los motivos de su
tristeza. "No poder ver la nieve de Sierra Nevada" le
confesó. Abderramán le prometió que conseguiría para ella que en la nueva Medina
contemplase la nieve. Para ello Abderramán mando talar un bosque próximo a la
Medina y que lo plantasen con almendros muy juntos unos y otros. Así, consiguió
que cada primavera, con los almendros en flor, la Medina amaneciese como
cubierta de nieve. Azahara al ver el esfuerzo de Abderramán por contentarla,
dejó de llorar.
¿Bonito verdad? Bueno, pues esa
es la leyenda del origen de la ciudad, pero realmente tuvo un origen menos
romántico y más estratégico y personal. Abderramán como califa, necesitaba fundar una ciudad
que demostrase su poderío a sus adversarios.
La ciudad se construyó
aprovechando una ladera del terreno, por lo que se jerarquizó en tres niveles,
de mayor poder en la parte alta de la ciudad con el palacio donde residía el
califa, la zona intermedia donde tenía la residencia el ejército y se
encontraban los edificios administrativos y en el nivel más bajo se situaron
los artesanos, las viviendas y la mezquita.
Para situarnos
históricamente, Abderramán I pertenecía a la dinastía de los Omeyas.
Tras ser derrocada la dinastía Omeya del califato de Damasco en el año 750, Abderramán
I huye a Al-Ándalus entrando a la península por el puerto de Almuñécar, en
la provincia de Granada en el año 755. Una vez se hace
con el poder se declara emir y declara el Emirato Independiente de Córdoba. Abderramán I
no se declara califa, eso lo hará su sucesor Abderramán III una vez controladas
las revueltas dentro del califato. Con Abderramán III y con el reinado de
su hijo Hisham
II bajo la atenta supervisión de Almanzór ya que subió al trono con 11 años, se acrecienta el territorio del califato. Almanzor, era un estratega y militar que tuvo en jaque a los reinos cristianos del norte. Tal es así que consiguió entrar en Santiago de Compostela despojar la catedral de las campanas y llevarlas a rastras hasta Córdoba. A
la muerte de Almanzor el año 1002 d.C en Calatañazor (Soria),
(donde el dicho popular dice que Almanzor perdió el a tambor) se abrió
una época de inestabilidad que originó una guerra civil en el año 1010 d.C que
duraría 20 años y que desembocaría en los llamados Reinos
de Taifas.
Durante este periodo de guerra
e inestabilidad es cuando Medina Azahara se abandona y comienza su declive.
Tanto esfuerzo y tanto gasto
perduraron poco más de 100 años. La ciudad fue incendiada por los bereberes
durante la guerra y durante siglos se utilizó como cantera para otras
construcciones. Desde el propio yacimiento se puede contemplar el Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso que se nutrió de material para su construcción debido a su cercanía.
Aunque se tenía conocimiento de
Medina Azahara en la Edad Media, no lo era como la ciudad musulmana que fue
sino como los reductos del primer asentamiento romano en la zona. Por ello, le
llamaban Córdoba la vieja. Las primeras excavaciones
serias y ya sabiendo que se trataba de la mítica Medina Azahara, tuvieron lugar
a comienzos del siglo XX. Trascurridos más de cien años de esas primeras
excavaciones, solo se ha escavado un 10% de lo que fue la ciudad.
Sorprende que aún haya más escondido bajo el suelo que visible, pero es que
este yacimiento es un rompecabezas gigante. Dentro de la sala de exposiciones
que hay antes de subir al yacimiento, podéis ver los laboratorios y almacenes
donde se conservan los restos encontrados. Cada reconstrucción, cada pieza que
está colocada en el yacimiento, es donde originariamente estuvo. Este arduo
trabajo lleva mucho tiempo, y obviamente mucha financiación que no siempre es
fácil de conseguir.
Deciros que en la visita no
pude ver el Salón Rico de Medina Azahara, la joya del yacimiento. Este
salón se cerró para su restauración en el año 2008 y la idea era que en un
plazo de tres años se volviese a abrir. Estamos en 2020 y aún sigue cerrado.
Con esto podéis haceros la idea de lo difícil que lo tienen los arqueólogos y
restauradores para hacer sus trabajos en los yacimientos.
Nosotros fuimos en coche hasta
Medina Azahara donde hay un amplio aparcamiento, aunque se llena rápido. La entrada para Medina Azahara
es gratuita para ciudadanos de la unión europea. En la página del monumento de la Junta de Andalucía disponéis
de los horarios. Luego hay un autobús que te sube hasta el yacimiento
propiamente.
Seguramente cuando salgáis del
centro de visitantes, algún guía turístico se os acerque para ofreceros la visita guiada. Nosotros la hicimos con Elena y la verdad que merece la pena. Nos explicó el yacimiento de una manera amena y clara que facilitaba el imagina como fue la ciudad. Si mal no recuerdo eran 12€ los adultos y 6€ los
niños y ya te incluían el autobús para subir. Si no podéis ir en coche, hay visitas organizadas desde Córdoba capital en autocar.
Casa de Ya'far
Casa de Yafar |
No hay evidencias de que el primer ministro Yafar viviese en esta casa, pero el tamaño, la situación y las investigaciones hacen creer que sí.
Vista lateral Casa de Yafar |
Casa de la Alberca
Casa de la Alberca |
Esta casa se cree que vivia el caifa Alhakén II, el califa que hubo entre Abderraman III y Hisham II. Como su nombre indica, en el centro del edificio se encuentra una alberca.
Edificio Basilical Superior.
Edificio basilical superior |
El uso de estas dependencias aún no está lo suficientemente documentado. En su interior, se puede observar el suelo original de ladrillo que aún se conserva.
Jardín Alto
Jardin alto |
Como dijimos, la ciudad se construyo con todos los lujos posibles, y los musulmanes eran expertos en crear espacios ajardinados donde mediante albercas refrescarse de las altas temperaturas. Este jardín esta justo enfrente del Salón Rico. Posee cuatro albercas, las cuales se usaban para regar los propios jardines o simplemente decorativas.
Gran Pórtico
Gran Portico |
Arco Escarzano |
Vista del gran pórtico desde las caballerizas |
Viviendas de servicio |
Jardin de Crucero |
Si os fijáis con detenimiento en paredes y suelos, podréis observar resto de conchas incrustados. Algo curioso que supongo que será debido al origen de la arena que usaron en la construcción.
Conchas en pared Medina Azahara |
Vieira incrustada en el suelo de Medina Azahara |
Como curiosidad, contaros que Almanzor, acumuló tal poder que mandó construir al otro lado del río su particular Medina Azahara. Si bien Medina Azahara significa "Ciudad resplandeciente", el se decanto por llamarla Madinat Al Zahira, lo que viene a ser "Ciudad Brillante". Se ve que el hombre no era muy original para ponerle nombre a las cosas. Parece que su idea era hacer una ciudad muchísimo mas ostentosa que Medina Azahara, así que podemos imaginar la de oro, columnas y ostentación que debió tener.
La existencia de esta ciudad está documentada aunque no se sabe su ubicación exacta. Tan solo hay certeza que se situaba al otro lado del Guadalquivir, en unos terrenos que hoy ocupan unos campos de fútbol y la carretera de Andalucía.
También la guía que nos hizo la visita nos contó que Abderramán III se preocupaba mucho de que los emisarios que llegaban de otros reinos a la ciudad se fuesen de vuelta fascinados con el poderío del califato. Para ello, mantenía a los emisarios por meses en la ciudad (dicen que hubo alguno que lo tuvo durante 2 años) sin concederles audiencia pero disfrutando de las mejores estancias.
Hay que reconocer que visitar Medina Azahara es trasladarse a otra época. La reconstrucción del yacimiento para poner en contexto los restos encontrados hacen mucho mas fácil imaginarse la ciudad en su máximo esplendor.
Espero que disfrutéis de la visita y en mi agenda queda apuntado para volver cuando se vuelva a abrir al público el Salón Rico.
¡Saludos!
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